miércoles, 22 de diciembre de 2010

He descubierto la fotografía en Ágora

En mis tiempos de facultad tenía muchas inquietudes y una de ellas era la fotografía, quizás sea por la tradición familiar. Mi padre desde muy joven se aficionó a la foto gracias a una cámara que tenía mi madre. Desde entonces la actividad fotográfica no ceso y eso quedo en el poso de mis recuerdos.
Cursaba segundo de Historia del Arte, mi amiga Leti cada semana contaba anécdotas de un club de fotografía al que acudía. Yo le pregunte: Leti ¿me podría apuntar a asistir a esas reuniones en las que veo compartís mucho?. Y mi amiga contesto: Claro que si, ven este viernes. También viene Laura, nos lo pasaremos genial.
Esa misma semana me acerque al la sede que está en el Oviedo antiguo, en un edificio de la calle Cimadevilla. Segun mi carácter al principio hablo poco y observo mucho, parezco una chica de pocas palabras. Sólo me pasa cuando no conozco a la gente, una vez que coja confianza mis palabras se suceden con fluidez, y así fue con el tiempo.
Allí hice muchos amigos y afiance mi amistad con Leti y Laura, mis compañeras de clase. Cada viernes nos reuníamos un grupo de gente joven, donde no sólo compartíamos nuestras imágenes sino que también charlábamos, e incluso había días que salíamos de marcha. Un grupo muy unido, que conectamos casi desde el primer día. Recuerdo la risas en el pequeño cuarto del laboratorio dond
e casi no nos podíamos ni revolver.
Tengo que contar que la asociación tiene más de de 50 años, una asociación de personas con la afición al cine y la fotografía amateur. Otro grupo muy unido que cada día se reúnen en una tertulia en un café del centro de Oviedo. Me quedo embobada cada vez que les hago una visita; recuerdan las personas que pasaron por Ágora, como nació la asociación, quién diseño el logo, las actividades que organizaban a nivel nacional, los rodajes, las reuniones en honor a San Juan Bosco patrón de las fotografía, las proyecciones de los jueves y tantas y tantas historias que darían para unas buenas memorias. Recuerdo a antiguos socios que hoy no están, tuve la oportunidad de conocer y beber de sus experiencias, nunca olvidaré aquellos momento.
Y mi amigo Ramón, la persona que nos acerco a la fotografía; los líquidos, las cubetas, las ampliadora, los tiempos, el papel, la luz, la exposición...son tantas
las imágenes que tengo en la mente y todas nos las ha mostrado Ramón. Y el resultado de las fotografías que son el final último de este arte.
Y los jueves, el día de las proyecciones y la reunión con el resto de los socios, como Orestes que es una de la personas más antiguas del club, recuerda cada momento vivido y lo cuenta como si hubiera ocurrido la semana pasada. Y tantos otros socios que a día de hoy hacen que la asociación siga viva.
Para mi es el Ágora, la plaza pública donde nos reunimos y la fotografía se funde con las experiencias de los mayores y los jóvenes. Me veo caminar entre las stoas y ver entre ellas a muchas personas con las que he hablado y compartido la pasión por la fotografía, el arte de congelar imágenes del pasado en un papel.

1 comentario:

Santiago Bertault dijo...

¿Por qué los indios decían que una foto te robaba el alma?
Eso en el próximo capítulo ;)