domingo, 5 de diciembre de 2010

Cuando descubrimos la presa ibérica y los montes de la Muela

Cinco años veraneando en Conil de la Frontera y poco conocíamos de la gastronomía y de sus alrededores. Un buen amigo nos llevo a ver los montes y palomares que cerca estaban de la arena y el agua salada. Y descubrimos la buena comida, la carne ibérica que nos parecía imposible en una tierra de atún y pescado frito.
Y llegamos aquel espacio angosto, construcción de ladrillo, lleno de nichos circulares y rodeado de espacio natural. El palomar de la Breña, del siglo XVIII, uno de los más grandes de Europa. Nunca hasta entonces había visto un espacio similar.
Y allí se criaban las palomas que llevaban mensajes, mensajes que cogían vuelo y aterrizaban en su destino. Curioso medio de comunicación. Aves que trasmitieron historia. Heroicas aves de paz y guerra.

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