Lucía, Oviedo, 1984, 62’5 x 43’5 cm. Óleo y spray sobre papel.
El descubrimiento de esta obra supuso para mi una grata sorpresa ya que no sabía de su existencia. Encontrarme delante de mi propio retrato en casa ajena fue sorprendente y a la vez curioso. Son de esas situaciones raras que te pasan en la vida, curiosas pero a la vez te hacen sentirte tan bien, y sonríes. De tus labios sale una sonrisa de ternura y satisfacción ¿Os ha pasado alguna vez?, a mi si, y lo recuerdo, cada uno de esos momentos.
Como podréis apreciar no es un retrato realista, tan solo se hace referencia de la cara en la crines de un animal parecido al caballo negro y estático. A un lado como una a aparición reveladora un rostro enigmático que parece llorar.
Voy hacer que este Domingo sea diferente.
4 comentarios:
Un trabajo muy interesante Lucia.
quizá llore de emoción ante la niña... es emocionante ^^ espero que haya sido un domingo diferente y fantástico
besazo niña¡
Me alegro y te envidio, es una pasada. Te diría que te pareces mucho, jeje, y es cierto, es un retrato del alma :)
Jeje quizás se parezca un poco, lo ojitos pequeños. He mentido porque hoy rebuscando en un cajón encontré mi primer retrato, una ecografía donde se ve la cara perfectamente ; )
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