Londres, 2007. Hacía unos días que Juan y yo habíamos llegado desde Oviedo, dispuestos a pasar tres semanas intensas de clases de inglés y vivencias, en una gran ciudad que antes no conocíamos. La puerta de la casa de la Señora Askari fue abierta por una cara familiar, un rostro que sonríe y nos invita a pasar. Después de varios días y con nuestra ciudad en común nos invitamos a cenar unas patatines con ropa vieja. Que gusto poder comer ''normal'', saboreamos hasta la última cucharada y a la vez recordábamos nuestras raíces.
Y de postre, una instantánea para hoy.
No hay comentarios:
Publicar un comentario